Barquisimeto se vistió de gala para recibir a su patrona, la Divina Pastora. Miles de devotos, desde niños hasta adultos mayores, se unieron en una emotiva procesión que recorrió las principales calles de la ciudad. La fe y la devoción se hicieron sentir en cada esquina, mientras los fieles acompañaban a la sagrada imagen en su recorrido desde Santa Rosa. Las imágenes captadas por El Impulso reflejan la profunda conexión espiritual que une a los larenses con la Virgen.

La ciudad entera se convirtió en un altar improvisado, donde la fe se expresaba en cantos, oraciones y lágrimas de emoción. Los fieles, con rostros llenos de esperanza, caminaron junto a la Divina Pastora, renovando sus promesas y agradeciendo por las bendiciones recibidas.

La devoción a la Divina Pastora es una de las manifestaciones religiosas más importantes de Venezuela, y su procesión anual es un testimonio de la profunda fe del pueblo venezolano. La imagen de la Virgen, rodeada de una multitud de fieles, es un espectáculo conmovedor que trasciende fronteras y culturas.

En esta ocasión, la procesión recorrió las principales calles de la ciudad, reviviendo una tradición que se remonta a siglos atrás. La fe y la devoción a la Virgen continúan siendo una fuente de inspiración y esperanza para los habitantes de Barquisimeto.

Miles de fieles se congregaron hoy en  Barquisimeto para recibir a la Divina Pastora en su tradicional recorrido anual. La ciudad se vistió de colores y devoción para celebrar esta importante festividad religiosa. En imágenes capturadas por El Impulso, se evidencian como el fervor y devoción, los feligreses acompañaron a la sagrada imagen desde Santa Rosa.

Desde tempranas horas de la mañana, los devotos iniciaron la peregrinación acompañando a la sagrada imagen en un recorrido que recorrió las principales avenidas de la ciudad. Con cantos, oraciones y muestras de fervor, los fieles expresaron su devoción a la Virgen.

La feligresía, conformada por personas de todas las edades, cumplió promesas y elevó plegarias al cielo, demostrando su agradecimiento por las bendiciones recibidas. Niños, jóvenes y adultos caminaron juntos, unidos por la misma fe y esperanza.